El ‘cuñao’ de los conciertos
Además de las famosas ‘cláusulas abusivas’ para cubrir los conciertos en violación de la libertad informativa y demás prendas ahora otra de las modas de los artistas es subir a un cámara al escenario que se convierte en parte del espectáculo ‘jodiéndole’ la vista a los espectadores a los que vamos a trabajar allí tomando imágenes ya sean fotógrafos o cámaras. El sujeto en cuestión se mete en el puto medio, arriba, abajo, se cuelga de los cables si hace falta porque lo que le importa al artista es lo que va a publicar en las redes; al público que ha pagado su dinero que se busque la vida. Que el trabajo de la prensa les da igual eso ya lo sabemos desde hace un tiempo pero que además el que va a allí que ha sacado tiempo y dinero para disfrutar de un show que seguro antes no le dicen que incluye a un elemento paseándose literalmente en la cara del artista impidiendo disfrutar así del producto por el que se ha pagado. Por supuesto cuentan con la ventaja que le da el sentimiento de groupie que tiene el personal que al igual que los seguidores de algunos deportes aguantan y se comen todo lo que le sirven sin rechistar.
Respecto a las cláusulas dirigidas a los medios que desean tomar imágenes las tonterías van desde exigir que se le envíen las fotos y ya ellos deciden qué se publica y qué no, hasta exigir en otros casos ver la maqueta de la página antes de publicarse. Alguno exige que las fotos se hagan desde 10 kilómetros porque el cantante “está muy viejo y luego se le ven las arrugas”. Si es que están pa’ darle un abrazo con una excavadora. Por supuesto nada de esto sucedería si los medios se plantaran pero eso es harina de otro costal porque ‘confluyen otros factores’. Los moteros tenemos la leve esperanza de que los organizadores o artistas les dé por pedir las crónicas de los conciertos antes de ser publicadas para corregirlas y hacer sus propios apuntes. Estamos seguros que ese será el final de esta gilipollez…o no!
© Miguel Gómez