Black Smoke / Humo Negro
Manolo Santos opened his eyes, slowly, he thought he perceived that everything around him was moving in slow motion, the unknown people that moved around him, the voices, the steps, the light; He compared it with the lethargy or the bewildering surprise of the one who wakes up from a long afternoon nap until he notices where he is.
The white walls magnified the intensity of the light that entered the room, white too, like light. So he thought he could not be in his house, no! rather, in his cell! Where were the bars? And the smell of shit and pee? With his eyes still half open, he felt the edge of the bed and realized that something was wrong; He knew very well that nobody can fall off the floor, his usual bed.
He felt a strong prick in one arm and heard voices screaming fire! He tried to move but could not, had bodies over him top of each other and pressed against him again felt another prick this time stronger and felt the heat running through his body even thought he was burning …
… at the third twinge he opened his eyes completely and clearly saw the nurse who was attending him. She did not move slowly anymore, the walls were not so white and there was less light. It’s a hospital, he thought. Then he remembered how he covered himself with the fire that flooded his cell and how he ran through the corridors until he almost fainted from breathing the thick black smoke leaping over injured or burned bodies with the terror of the one who divines the end. He came to a door with bars and padlock. Black smoke and a white light then did not remember anymore.
HUMO NEGRO
Manolo Santos abrió los ojos, lentamente, creyó percibir que todo a su alrededor transcurría a cámara lenta, las desconocidas personas que se movían a su alrededor, las voces, los pasos, la luz; lo comparó con el letargo o la desconcertante sorpresa del que se despierta de una larga siesta vespertina hasta que repara en el lugar en que se encuentra.
Las paredes blancas magnificaban la intensidad de la luz que entraba en la habitación, blanca también, como la luz. Así que pensó que no podía estar en su casa, no! mas bien, en su celda! ¿Dónde estaban los barrotes? ¿Y el olor a mierda y pipí? Con los ojos aún semiabiertos palpó el borde de la cama y comprendió que algo andaba mal; sabe muy bien que nadie puede caerse del suelo, su cama habitual.
Sintió un pinchazo fuerte en un brazo y oyó voces que gritaban ¡fuego! intentó moverse pero no podía, tenía cuerpos encima apretujándose unos a otros y contra el volvió a sentir otro pinchazo esta vez más fuerte y sintió como el calor le recorría todo el cuerpo incluso llegó a pensar que se quemaba…
…a la tercera punzada abrió completamente los ojos y divisó con claridad a la enfermera que le atendía. Ya no se movía con lentitud ya no estaban tan blancas las paredes y había menos luz. Es un hospital, pensó. Entonces recordó como se cubrió del fuego que inundó su celda y como corrió por los pasillos hasta casi desmayarse por respirar el humo negro y espeso saltando sobre cuerpos heridos o quemados con el terror del que adivina el final. Llegó a una puerta con rejas y candado. Humo negro y una luz blanca luego no recordó mas.