Fotoperiodismo 2.0
Adam Ferguson es un fotógrafo australiano basado en New York que hace unos años hizo una serie de retratos buenísima sobre las niñas que secuestró Boko Haram en su momento. Ahora viendo los resultados de los Sony Photography Awards de este año me entero que al parecer en 2022 Ferguson fue nombrado Fotógrafo del Año de estos mismos premios por una serie, también de retratos, sobre los inmigrantes que esperaban cruzar la frontera desde México hacia Estados Unidos. Son retratos en blanco y negro, más bien autorretratos porque las imágenes fueron tomadas por los mismos protagonistas mediante un cable disparador en el momento que ellos decidían oportuno; la intervención del fotógrafo se limitó a montar una cámara de formato medio en un trípode y medir las condiciones de luz. El momento, como he dicho antes, no lo decidía el fotógrafo sino los autores? de las fotos. Porque probablemente ese ‘momento’ de hacer la fotografía es sobre lo que descansa todo lo que un fotógrafo hace. La técnica, el encuadre y todo lo demás es importante por supuesto pero posiblemente todo el poder de quien hace la foto está en el ‘cuando’ se hace la foto. Por otro lado, estamos hablando de 25,000 dólares y un kit de Sony que no es ninguna minucia.
Desde hace unos años los grandes premios de fotografía se han visto afectados o envueltos en polémicas que tienen su origen en hasta donde afecta o no a la credibilidad de la fotografía o si vulneran los límites éticos del fotoperiodismo, etc. etc. Los Sony tienen claramente delimitadas sus categorías pero hay algunas áreas en lo que todo queda un poco difuso porque se mezclan géneros o lo parece bastante. Personalmente tengo la ligera impresión de que este de retratos pudo haber sido otorgado a los inmigrantes en conjunto, como se le otorga a un equipo de fotógrafos que ha ganado el Pulitzer o a cualquier otro equipo de trabajo y nadie hubiese protestado, es más, habría quedado muy original o al menos muy alternativo. Esta práctica emula al fotógrafo de estudio que tiene cuatro asistentes que le miden la luz, le montan el set, deciden el atrezzo y diseñan la iluminación pero al final se lleva los méritos el que ‘aprieta’ el botoncito, el que dice cuando disparar. Me parece un ejemplo perfecto de práctica fotográfica comparada.
Volviendo al inicio y según leo, este proyecto fue vendido al NYTimes quienes quedaron maravillados y allí que se plantó el Ferguson en la frontera durante once días para desarrollar el trabajo. Pero es que ya las mismas fotos no van más allá de lo aceptable, técnicamente hablando. Y he dicho que he visto buenos trabajos de este fotógrafo. En fin, que creo que al NYTimes y los Sony se la han colado.
© Adam Ferguson